Motivación sexual

Motivación sexual , también llamada impulso sexual , el impulso de satisfacer las necesidades sexuales, ya sea a través de la actividad sexual directa o mediante actividades aparentemente no relacionadas (sublimación). El término libido fue acuñado por Sigmund Freud y utilizado por él para abarcar la búsqueda del placer en general, una de las principales fuerzas motivadoras de la actividad humana. Freud sugirió que este impulso tenía una base genética como parte de la necesidad de la especie de continuar. A diferencia de otros impulsos básicos como el hambre, la gratificación de la libido puede posponerse o transferirse sin poner en peligro la existencia del individuo. Por lo tanto, es más probable que los impulsos sexuales se sublimen o se canalicen hacia otras vías de gratificación, para lograr objetivos socialmente aceptables.

La motivación sexual o libido se desarrolla durante la mayor parte de la vida del individuo. Freud identificó una serie de etapas en el desarrollo de la libido que comienzan en la infancia, y sugirió que un individuo podría quedarse fijo en una de estas etapas inmaduras y no pasar a la etapa adulta madura de la sexualidad, en la que el principal modo físico de placer sexual es genital.

En la psicología freudiana, los conceptos anteriores de sexualidad se ampliaron para abarcar todas las actividades de las que se obtiene placer. Por lo tanto, los logros culturales e intelectuales podrían verse como el resultado de impulsos sexuales sublimados. A medida que desarrolló más la teoría, Freud vio que la libido estaba en conflicto con la agresión, y se consideró que otros impulsos resultaban del equilibrio entre estas dos fuertes fuerzas motivadoras.

Este artículo fue revisado y actualizado más recientemente por Jeannette L. Nolen, editora asistente.