Resumen de la década de 1990 en Seattle

Si fue la reacción mundial al suicidio de la fuerza impulsora de Nirvana, Kurt Cobain, en 1994 lo que confirmó el estatus de Seattle como una gran influencia en la música popular de principios de la década de 1990, su llegada fue anunciada por el éxito de la banda "Smells Like Teen Spirit" (1991). —Un disco contundente pero melódico que captó el tono angustiado de una generación. El Seattle de la década de 1980, en el que Nirvana cobró vida, era una ciudad lluviosa de lagos, puentes oxidados y más de unos pocos adolescentes descontentos (a menudo consumidores de drogas), una ciudad cuya imagen aún no había sido moldeada por la improbable combinación del fundador de Microsoft, Bill Gates; Frasier,la popular comedia televisiva de situación ambientada en Seattle; y cultura del café gourmet. Jimi Hendrix había crecido en la ciudad en la década de 1950, pero tuvo que ir a Londres para hacerse notar, y no sucedió mucho musicalmente en Seattle hasta que Nirvana se formó en 1987 en la cercana Aberdeen (salvo las contribuciones del grupo instrumental The Ventures in the finales de los 50 y principios de los 60 y el estallido del garage rock en el noroeste en los 60 que dio lugar a los Kingsmen y Paul Revere y los Raiders en Portland, Oregon).

Los primeros discos de Nirvana fueron para Sub Pop, el sello independiente preeminente de Seattle, que creó lo que llegó a ser visto como el sonido de Generation X con grupos como Tad, el grupo de chicas de los últimos días con sede en Los Ángeles L7, Mudhoney, Soundgarden y, finalmente, Hole, la banda formada por la futura esposa de Cobain, Courtney Love. Fue una escena vibrante aunque llena de desesperación, muy adecuada para el debut de Nirvana, Bleach.(1989), una declaración clara de la música que se conoció como grunge, una antítesis consciente del frío brillo profesional de gran parte del pop de los ochenta. Pearl Jam, una banda de rock más tradicional, también surgió en la ciudad casi al mismo tiempo (Cobain, sin embargo, los descartó con desprecio como "corporativos"). Hubo quienes sintieron que el apogeo del grunge había llegado y se había ido cuando Nirvana firmó con el importante sello Geffen Records y alcanzó el número uno con Nevermind (1991), el álbum que llevaría a la aceptación generalizada del grunge y el rock alternativo en general.