Competencia

Competencia , la capacidad de un estado para obligar a otro estado a actuar, generalmente mediante la amenaza de un castigo. El economista estadounidense Thomas C. Schelling, que ganó el Premio Nobel de Economía en 2005, acuñó la palabra en su libro Arms and Influence (1966). Schelling describió la obligatoriedad como una acción directa que persuade a un oponente a renunciar a algo que desea. Distinguió la competencia de la disuasión, que está diseñada para disuadir a un oponente de la acción amenazando con castigar.

Los académicos han discutido durante mucho tiempo sobre la forma más eficaz de obligar a actuar. El trabajo de Schelling, aunque innovador, no está exento de críticas. Schelling se centró en la amenaza de una escalada de violencia contra objetivos civiles, pero el politólogo estadounidense Robert Pape sostuvo que la competencia depende de hacer que los enemigos sientan que sus fuerzas militares son vulnerables. Otros académicos sostienen que las sanciones económicas cuidadosamente dirigidas pueden influir en el comportamiento de otros estados. En estos casos, las herramientas no militares del arte de gobernar ayudan a los objetivos de seguridad nacional.

La competencia y la disuasión son ambas formas de coerción. Muchos estudiosos creen que es más difícil obligar que disuadir. En primer lugar, la disuasión es menos provocativa, porque el estado disuasorio solo necesita preparar el escenario para la acción. Incurre en un pequeño costo al hacer la amenaza. De hecho, las acciones costosas son precisamente lo que se supone que debe prevenir la disuasión. La competencia, por otro lado, requiere alguna forma de acción costosa o un compromiso para actuar. En segundo lugar, el Estado que es el objetivo de la competencia puede temer por su reputación si cumple con una amenaza. A los objetivos de las amenazas disuasorias les resulta más fácil “salvar las apariencias”, porque no tienen que actuar para cumplir. Simplemente pueden quedarse quietos y fingir que la amenaza disuasoria no tuvo ningún impacto en su comportamiento. En tercer lugar, obligar a los estados a actuar es difícil, porque los estados son grandes y complejas burocracias.Se mueven más lentamente que los individuos y la lentitud puede confundirse con la renuencia a obedecer.

Hay dos formas básicas de competencia: diplomacia y demostración. La obligación diplomática o inmediata implica amenazas y promesas verbales. Las demostraciones de fuerza también ayudan a este tipo de coerción; Los estudiosos realistas señalan que la mayor parte de la diplomacia está respaldada por la posibilidad tácita de una acción militar. La competencia demostrativa implica un uso limitado de la fuerza junto con la amenaza de una escalada de violencia (que también puede incluir una guerra a gran escala) si no se cumplen las demandas. Este tipo de competencia es lo que Schelling denominó la "diplomacia de la violencia". Un estado no libera todo su potencial militar; en cambio, lleva a cabo una campaña limitada mientras instituye pausas para que el adversario considere las consecuencias si no cumple.

Este artículo fue revisado y actualizado más recientemente por John P. Rafferty, Editor.