Lógica de lo apropiado

Lógica de lo apropiado, una visión de la acción que involucra la combinación de situaciones, roles y reglas. La lógica de lo apropiado define una base para la toma de decisiones sesgada hacia lo que las normas sociales consideran correcto en lugar de lo que los cálculos de costo-beneficio consideran mejor. Se dice que el comportamiento en una situación específica se deriva de las reglas que gobiernan el curso de acción apropiado para un rol o identidad determinados. Las reglas que determinan la idoneidad se institucionalizan en las prácticas sociales y se mantienen en el tiempo a través del aprendizaje. La lógica de lo apropiado puede proporcionar a una organización orden institucional, estabilidad y previsibilidad. Al mismo tiempo, puede ir en contra de los principios democráticos al implicar la sustitución del entendimiento tácito por la deliberación colectiva. El término fue acuñado por los teóricos de la organización James G. March y Johan P. Olsen,pero el concepto ha sido durante mucho tiempo un tema importante en la teoría social.

La lógica de la adecuación se distingue comúnmente de la lógica de las consecuencias. Este último evoca actores racionales interesados ​​en sí mismos con preferencias e identidades fijas cuyo comportamiento está determinado por el cálculo de los rendimientos esperados de elecciones alternativas. Aunque las dos lógicas suelen presentarse en términos mutuamente excluyentes, también pueden entenderse como polos opuestos de un único continuo. Ante la incertidumbre y la complejidad, el análisis de una situación específica sobre la base de la experiencia, el conocimiento experto o la intuición, y utilizando criterios de similitud, diferencia, analogía y metáfora, puede producir una variedad de alternativas apropiadas. Sin embargo, la elección entre estos puede implicar una evaluación de la probabilidad de diferentes consecuencias y los costos y beneficios de los resultados esperados. Incluso en tales situaciones, sin embargo,Se supone que las normas, creencias, rutinas, procedimientos, roles, formas organizativas o tecnologías predominantes imponen atajos cognitivos. La razón es que las capacidades de atención, interpretación, validación de pruebas y gestión de la memoria se consideran imperfectas.

Las dos perspectivas de acción tienen diferentes implicaciones políticas. La lógica de lo apropiado presupone que los miembros de una política siguen reglas porque se las percibe como naturales, válidas y legítimas. Las reglas pueden ser reemplazadas o modificadas con el tiempo mediante procesos de selección y adaptación. Esta perspectiva enfatiza la noción de comunidad política y su definición de relaciones sociales aceptadas, así como roles reconocidos como ciudadano, burócrata, político electo o funcionario judicial. En contraste, la lógica consecuencialista enfatiza el interés personal individual y ve el orden político como una agregación de las preferencias racionales de los actores a través de procesos de negociación, negociación y formación de coaliciones.

Si bien la lógica de la adecuación es un factor importante para el funcionamiento eficaz de las grandes organizaciones y órdenes políticos, está asociada a la ineficiencia, la rigidez y el incrementalismo. En las democracias contemporáneas, las reglas brindan equidad procesal y sustantiva y protegen a las personas del poder de las autoridades y los actores ricos en recursos. En un entorno institucionalizado cada vez más complicado, sin embargo, aumenta el alcance de la acción basada en el entendimiento tácito, al igual que las oportunidades políticas de los individuos con recursos económicos o intelectuales.