Il trovatore

Il trovatore , (en italiano: “El trovador”) ópera en cuatro actos del compositor italiano Giuseppe Verdi (libreto italiano de Salvatore Cammarano, con adiciones de Leone Emanuele Bardare) que se estrenó en el Teatro Apollo de Roma el 19 de enero de 1853. Verdi preparó una versión revisada en francés, Le Trouvère, con música de ballet añadida, que se estrenó en la Ópera de París el 12 de enero de 1857. Basada en la obra de teatro El trovador de 1836 de Antonio García Gutiérrez, la ópera es una de las tres consideradas como la culminación de El arte de Verdi hasta ese punto. (Los otros dos son Rigoletto y La traviata ).

Metrónomo.  Música.  Tempo.  Ritmo.  Beats.  Garrapatas  Metrónomo rojo con péndulo oscilante.Prueba Un estudio de la música: ¿realidad o ficción? La armonía se refiere a la rapidez con la que se reproduce la música.

Antecedentes y contexto

Verdi quedó impresionado con la obra melodramática de García Gutiérrez y contrató a Cammarano (colaborador de Verdi en tres óperas anteriores) para escribir un libreto basado en ella, aunque ningún teatro había encargado la obra. El libretista se mostró reacio, y la correspondencia de Verdi con él revela una lucha entre ellos mientras Verdi buscaba una nueva forma de presentar el drama en sus propios términos, sin las limitaciones de la convención operística. Prácticamente le rogó a Cammarano que lo liberara de las restricciones de “cavatinas, duetos, tríos, coros, finales, etc., etc.” y que hiciera “toda la ópera… una sola pieza”. Al final, Cammarano produjo un trabajo estructurado convencionalmente que, sin embargo, resolvió algunos de los desafíos de reelaborar la obra compleja, en la que gran parte de la acción esencial tiene lugar fuera del escenario y en un amplio período de tiempo, en un ritmo rápido,ópera poderosa. El libretista murió antes de completar su trabajo y el poeta italiano Leone Emanuele Bardare terminó el proyecto sin crédito formal.

Giuseppe Verdi, retrato de Giovanni Boldoni, 1886.

La ópera fue un triunfo desde la primera noche. Temas de obsesión, venganza, guerra y familia se transmiten a través de personajes que presentan contrastes dramáticos. El personaje central —y el que parece haber atraído con más fuerza el interés de Verdi— es la gitana Azucena. (Había considerado ponerle un nombre a la ópera). El compositor, que en ese momento había dominado las tradiciones romántica y bel canto, tomó tantos aspectos de la ópera (incluidos personajes ardientes, situaciones dramáticas extremas y demandas virtuosas de los cantantes) los límites mismos de las posibilidades actuales que los críticos posteriores ridiculizaron a los personajes y la trama como más allá de lo plausible. Sin embargo, la música fue trascendente y la ópera sigue siendo interpretada de forma generalizada. El acto II presenta el "Anvil Chorus" (o "Gypsy Chorus"),que se ha convertido en uno de los pasajes más conocidos del repertorio operístico.

Reparto y partes vocales

  • Manrico, trovador y cacique del príncipe de Vizcaya (tenor)
  • Leonora, dama de honor de la Princesa de Aragón (soprano)
  • Conde di Luna, joven noble de Aragón (barítono)
  • Azucena, gitana vizcaína (mezzosoprano)
  • Ferrando, el capitán de la guardia del Conde (bajo)
  • Inés, compañera de Leonora (soprano)
  • Ruiz, un soldado al servicio de Manrico (tenor)
  • Un viejo gitano (barítono o bajo)
  • Soldados, monjas, gitanos, mensajero, carcelero

Escenario y resumen de la historia

Il trovatore se desarrolla en Aragón y Vizcaya (ahora Vizcaya), España, en el siglo XV, durante una guerra civil.

Acto I: El Duelo

Escena 1. Sala del palacio del Conde en Aragón.

El capitán Ferrando advierte a los criados que estén atentos al rival del conde, Manrico, el trovador. Para mantenerlos despiertos durante su vigilia, cuenta la historia de un gitano que, años antes, había lanzado un hechizo al hermano pequeño del Conde para enfermarlo. El padre del conde mandó quemar al gitano en la hoguera por brujería. Para vengar la muerte de su madre, la hija de la gitana secuestró al bebé y lo quemó hasta morir en el mismo lugar donde había muerto su madre. Ferrando ha jurado continuar la búsqueda de la hija de la gitana.

Escena 2. Los jardines del palacio.

Leonora camina con su compañera Inés. Leonora suspira por un misterioso caballero que apareció en un torneo donde le otorgó los laureles de vencedor. Estalló la guerra civil y ella no lo vio durante mucho tiempo. Entonces, una noche de luna, escuchó a un trovador dándole una serenata; era él (“Tacea la notte placida”). Inés le pide que se olvide de él, pero no puede, porque está tan enamorada de él que moriría por él (“Di tale amor”). Cuando se retiran, llega el Conde. También está enamorado de Leonora. Está a punto de acercarse a ella cuando oye la voz de su rival romántico y político, Manrico, dándole una serenata. Enfurecido, se esconde y ve a Leonora correr para encontrarse con su amante. El Conde se revela y exige saber por qué Manrico se atreve a entrar en los recintos del palacio cuando está condenado a muerte. Desafía a Manrico a un duelo inmediato,y los hombres se apresuran, con las espadas desenvainadas, mientras Leonora cae desmayada.

Acto II: El gitano

Escena 1. Un campamento gitano en la sierra de Bizkaia.

Algunos gitanos trabajan en sus yunques, cantando una canción sobre una criada gitana (“Anvil Chorus”). Azucena, la madre de Manrico, canta luego sobre una mujer que fue quemada en la hoguera (“Stride la vampa”). Cuando los otros gitanos se van, Azucena le cuenta a Manrico la verdadera historia detrás de la canción, la historia de la terrible muerte de su abuela a manos del anterior Conde di Luna (“Condotta ell'era in ceppi”). Recuerda el grito agonizante de su madre, “mi vendica” (en italiano: “véngame”). Para ello, Azucena secuestró al hijo pequeño del anterior conde con la intención de matarlo. Por error, arrojó a su propio bebé a las llamas y, a partir de entonces, crió al hijo del conde como si fuera suyo. Al escuchar esto, Manrico se da cuenta de que no debe ser su hijo, pero Azucena le asegura apresuradamente que lo es.Ella le recuerda que cuidó con amor sus heridas después de su reciente duelo con el actual conde, y le pregunta a Manrico por qué no había matado al otro hombre. No puede explicarlo; sólo sabe que alguna fuerza misteriosa detuvo su mano (“Mal reggendo all'aspro assalto”). Azucena lo insta a que mate al Conde si tiene otra oportunidad, y Manrico jura que lo hará. Llega un mensajero, Ruiz, con una carta en la que informa a Manrico que sus hombres se han apoderado de la localidad de Castellor. Ruiz agrega que, creyendo que Manrico había muerto antes en la batalla, Leonora decidió ingresar a un convento allí. Manrico corre hacia Leonora mientras Azucena intenta en vano detenerlo.Azucena lo insta a que mate al Conde si tiene otra oportunidad, y Manrico jura que lo hará. Un mensajero, Ruiz, llega con una carta en la que informa a Manrico que sus hombres se han apoderado de la localidad de Castellor. Ruiz agrega que, creyendo que Manrico había muerto antes en la batalla, Leonora decidió ingresar a un convento allí. Manrico corre hacia Leonora mientras Azucena intenta en vano detenerlo.Azucena lo insta a que mate al Conde si tiene otra oportunidad, y Manrico jura que lo hará. Llega un mensajero, Ruiz, con una carta en la que informa a Manrico que sus hombres se han apoderado de la localidad de Castellor. Ruiz agrega que, creyendo que Manrico había muerto antes en la batalla, Leonora decidió ingresar a un convento allí. Manrico corre hacia Leonora mientras Azucena intenta en vano detenerlo.

Escena 2. Afuera del convento cerca de Castellor.

El conde, Ferrando y los criados han llegado para interceptar a Leonora. Creyendo que Manrico está muerto, el Conde jura que Leonora será suya (“Il balen del suo sorriso”). Cuando suena la campana de la iglesia, el Conde ordena a Ferrando y a los demás que se escondan. Ni siquiera Dios puede quitarle a Leonora, dice, mientras se escucha el sonido de las voces de las monjas en oración (“Per me ora fatale”). Llegan Leonora, Inés y un grupo de mujeres. Leonora consuela a sus amigos y se encomienda a Dios con la esperanza de encontrarse con Manrico en la otra vida. Pero el Conde irrumpe en ella y le exige que se case con él. En eso, aparece Manrico. Leonora está atónita por la incredulidad y la alegría cuando los dos hombres y sus sirvientes se amenazan entre sí (“¿E deggio e posso crederlo?”). Los seguidores de Manrico desarman al Conde, permitiendo que los amantes huyan.

Acto III: El hijo del gitano

Escena 1. Campamento militar del conde di Luna cerca de Castellor.

Los soldados esperan con ansias el ataque a la fortaleza de Castellor (“Squilli, echeggi la tromba guerriera”), adonde Manirco se ha llevado a Leonora. El Conde está obsesionado por la imagen de Leonora en los brazos de Manrico. Ferrando llega con la noticia de que se ha encontrado a un gitano vagando cerca del campamento. Azucena, atada, es traída por los guardias. El Conde la interroga, sospechando que es la gitana que había asesinado a su hermano pequeño. Aunque Azucena lo niega, Ferrando la identifica. El Conde triunfa y se regocija con su nuevo poder sobre su enemigo después de que Azucena le grita a Manrico que la salve. Ella advierte al Conde que Dios lo castigará, pero al Conde le encanta la idea de atormentar a Manrico torturando a su madre, exigiendo así una venganza completa por la muerte de su hermano (“Deh! Rallentate, o barbari”). Azucena es arrastrada,condenado a morir en la hoguera.

Escena 2. Sala contigua a la capilla de Castellor.

Manrico le dice a Leonora que el Conde atacará al amanecer, pero él le asegura que prevalecerá. Le pide a su seguidor, Ruiz, que lo prepare todo para la batalla mientras él y Leonora se casan en la capilla. La pareja de enamorados está a punto de entrar en la capilla cuando Ruiz regresa apresuradamente con la noticia de que Azucena ha sido capturada y está a punto de ser quemada. Manrico promete salvar a su madre de las llamas o morir con ella (“Di quella pira”).

Acto IV: La Ejecución

Escena 1. Afuera de una torre del palacio del Conde.

Ruiz le dice a Leonora que Manrico está ahora preso en la torre, después de haber sido condenado a muerte por decapitación. Ella implora al viento que le lleve sus suspiros de amor (“D'amor sull'ali rosee”). Al escuchar el doloroso sonido de los monjes en oración, Leonora se estremece, luego oye a Manrico gritarle adiós (“Miserere”). Ella promete salvarle la vida. El Conde entra con algunos de sus criados; ella se esconde en las sombras. El Conde ordena las ejecuciones de Manrico y Azucena al amanecer. Culpa a Leonora de llevarlo a este extremo, pues la ha buscado en vano en Castellor. Sin embargo, aparece de repente y pide piedad para Manrico. Pero cuanto más expresa su amor por Manrico, más se enfurece el Conde. Finalmente, se ofrece a él en matrimonio si perdona a Manrico. Él le hace jurar que lo hará. Ella está de acuerdo,pero bebe secretamente el veneno que ha escondido en su anillo. Mientras tanto, el Conde acepta dejar vivir a Manrico y lleva a Leonora a la torre.

Escena 2. Una mazmorra en el palacio.

En el calabozo con su hijo, Azucena, exhausta y aterrorizada, revive la ejecución de su madre mientras Manrico intenta calmarla. Sueña que volverán a su antigua vida pacífica en las montañas (“Ai nostri monti”). Cuando Azucena se duerme, Leonora entra con la noticia de que a Manrico se le ha salvado la vida. Ella lo insta a huir, pero le dice que no puede ir con él. Manrico se niega a irse sin ella. Al darse cuenta del trato que ha hecho, la acusa de haberse vendido al Conde. Cuando él la maldice, ella revela que se ha envenenado y Manrico se siente abrumado por el remordimiento. Ella muere justo cuando entra el Conde. Ordena a sus soldados que lleven a Manrico al bloque. Cuando Azucena despierta preguntando por Manrico, el Conde la arrastra hasta la ventana para ver la ejecución de su hijo. Cuando se haga la escritura,Azucena revela al Conde horrorizado que el hombre que acaba de matar era su propio hermano. Mientras la noticia devasta al Conde, Azucena se regocija de que el asesinato de su madre esté vengado.